Qué esperar cuando tu gata está en celo

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Como la mayoría de las hembras de mamíferos, las gatas pasan por ciclos físicos que preparan su cuerpo para la fecundación y el parto. En los humanos, este ciclo se llama “ciclo menstrual” En los felinos, se llama “ciclo estral”

Cuando las gatas experimentan el celo, se dice que están “en celo” y son hormonalmente receptivas tanto al coito como a la reproducción. Las gatas pueden entrar en celo a finales de la gestación. Por tanto, es necesario esterilizarlas si no se desea un embarazo, o si no se desea la responsabilidad de criar y encontrar buenos hogares para los gatitos.

Ciclos de celo en las gatas

Las gatas son poliéstricas estacionales, lo que significa que los ciclos de celo pueden producirse repetidamente cada 14-21 días durante una determinada temporada de cría^.1 Estos ciclos pueden empezar ya a los cuatro meses de edad y continuarán hasta que la gata se críe o se esterilice. El celo o estro en las gatas puede durar una media de seis a ocho días, y repetirse cada una a tres semanas. Es fácil ver, pues, cómo una gata casi siempre parece estar en celo. Por eso, muchos veterinarios practican la esterilización precoz.

Cuando tu gata está en celo, es un acontecimiento notable. Y aunque es difícil demostrar que los ciclos de celo no son dolorosos, las llamadas (o aullidos fuertes) que exhibe la hacen parecer incómoda. Sin embargo, los aullidos de una gata tienen una finalidad: atraer la atención de un posible pretendiente. Reconocer este hecho puede aliviar tu preocupación por si algo va mal o “no va bien” con tu mascota.

El momento lo es todo

Con la llegada de la primavera, una gata en su plenitud sexual inicia un ciclo de celo. Los días más largos, llenos de calor y luz solar, desencadenan la época de cría. Este primer celo de la temporada suele durar aproximadamente una semana. Luego, si no queda preñada, puede volver a entrar en celo unas semanas más tarde y continuar esta pauta hasta que quede preñada. Si se aparea durante este tiempo y se queda preñada, volverá a entrar en celo aproximadamente ocho semanas después de que nazcan los gatitos, o justo después de destetarlos^.1 Pero si tu gata se aparea y no se queda preñada, puede producirse un falso embarazo en el que muestre los signos de preñez brevemente, antes de volver a entrar en celo entre cuatro y seis semanas después.

Cómo es estar en celo para las gatas

Aunque es lógico suponer que una gata en celo tendrá los mismos síntomas físicos que una mujer con la regla, la realidad es muy distinta. En primer lugar, las gatas no mudan el revestimiento de su útero. Así pues, contrariamente a la creencia popular, el celo no debe implicar hemorragia vaginal. Si tu gata sangra, ponte en contacto con tu veterinario.

Dado que una hembra humana desprende el revestimiento de su útero cada mes, pueden aparecer calambres, hinchazón y otros síntomas relacionados. Los gatos no experimentan calambres ni otros síntomas físicos, a pesar de sus aullidos y su necesidad de atención durante este periodo. En cambio, una oleada de hormonas hará que tu gata tenga unas ganas extraordinarias de aparearse. Puede frotarse contra ti, pasear de un lado a otro y adoptar una postura de apareamiento si la acaricias^.1 También puedes notar que tu gata pierde el apetito durante este periodo, o puede lamerse los genitales a menudo y marcar su territorio rociando. También puede intentar salir corriendo por la puerta para buscar pareja. Todo esto es un comportamiento normal durante el celo.

Cómo tratar a una gata en celo

Puede ser difícil convivir con una gata en celo. Y como el comportamiento de tu gata es absolutamente normal, no intentes buscar una “cura” Sí, es posible utilizar inyecciones de progesterona sintética recetadas por el veterinario para evitar el celo y salvar tanto a tu gata como a ti misma de estos síntomas. Pero, francamente, la esterilización es una opción mejor y más permanente^.2

Si tienes intención de criarla y sólo necesitas superar estos ciclos, proporciona a tu gata juguetes o almohadas que pueda destrozar mientras esté en celo, y juega con ella a menudo. Hazle un nido con una almohadilla térmica caliente para su intimidad y ofrécele hierba gatera para calmarla. Si la situación se agrava y se vuelve problemática, las hierbas antiestrés, especiales para animales de compañía y disponibles en tu tienda de dietética, pueden funcionar como último recurso.

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Si sospechas que tu mascota está enferma, llama inmediatamente al veterinario. Para cuestiones relacionadas con la salud, consulta siempre a tu veterinario, ya que ha examinado a tu mascota, conoce su historial sanitario y puede hacerte las mejores recomendaciones.