8 razones por las que tu gato no come

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Un gato que de repente decide dejar de comer suele ser señal de un problema más grave. No suele deberse a que el gato simplemente ya no quiera una determinada golosina. Si tu gato no come y se ha saltado varias comidas, o lleva varios días sin comer, debes tomar medidas. Puede haber cosas que puedas hacer en casa para ayudar a tu gato a recuperar el apetito, pero a veces es necesaria la intervención veterinaria.

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Por qué es un problema que tu gato deje de comer

Puede que a tu gato no le guste la comida que le ofreces, pero la falta de apetito suele ser síntoma de un problema subyacente. Tu gato puede dejar de comer si tiene algo atascado en el estómago o los intestinos, o si no se encuentra bien debido a una enfermedad o infección subyacente. O puede que a tu gato no le guste la comida que le ofreces. Que tu gato no coma también puede ser síntoma de dolor o malestar. Sea cual sea el motivo, es muy preocupante que tu gato deje de comer.

Si tienes un gato obeso que ha dejado de comer, puede desarrollar rápidamente una lipidosis hepática al pasar unos días sin comer. Esta enfermedad suele denominarse enfermedad del hígado graso o síndrome del hígado graso, y puede ser mortal si no se trata^.1 Éste es el principal motivo por el que es tan importante asegurarse de que tu gato, sobre todo si tiene sobrepeso, sigue comiendo. Con la enfermedad del hígado graso, el hígado se ve desbordado al intentar convertir la grasa en energía. Se acumula un exceso de grasa en el hígado, lo que provoca un deterioro de la función hepática. El hígado es un órgano crítico y, si no funciona eficazmente, tu gato puede desarrollar debilidad, letargo e ictericia si no recibe tratamiento inmediato de tu veterinario.

Problemas de salud que hacen que un gato deje de comer

Enfermedades respiratorias

Los problemas respiratorios pueden afectar al sentido del olfato o a la capacidad de respirar de tu gato y provocar una pérdida de apetito^.2 Las enfermedades de las vías respiratorias superiores pueden obstruir la nariz y los ojos de tu gato con secreciones, lo que provoca una pérdida o restricción temporal de la vista y el olfato. Las enfermedades de las vías respiratorias inferiores pueden afectar a los pulmones de tu gato, causándole dificultad para respirar. Estos problemas respiratorios pueden estar causados por una infección bacteriana o vírica que requiera cuidados básicos, o pueden ser tan complicados como un cáncer. Independientemente de la gravedad del problema respiratorio, si la enfermedad impide a tu gato respirar con facilidad u oler su comida, puede decidir que no quiere comer.

Enfermedades del aparato digestivo

Los problemas de estómago, intestinos, páncreas u otras partes del aparato digestivo de tu gato pueden hacer que deje de comer. Tu gato también puede vomitar y tener diarrea o dolor abdominal junto con problemas digestivos. Pero, por lo general, la disminución del apetito será uno de los primeros signos de un problema del aparato digestivo. Los problemas pueden ir desde reflujo ácido, tumores, desequilibrio de las bacterias intestinales, parásitos, enfermedad del intestino irritable y otros problemas.

Cuerpos extraños

A algunos gatos les gusta comer cosas que no deben o pueden tragarse bolas de pelo, que pueden atascarse en el estómago o los intestinos^.3 Un cuerpo extraño atascado en el tracto gastrointestinal de tu gato se denomina obstrucción gastrointestinal u obstrucción GI. Una obstrucción GI no deja pasar la comida a través del tubo digestivo y, por tanto, tu gato puede vomitar y lo más probable es que deje de comer. Algunos cuerpos extraños pueden pasar a través del sistema de tu gato y causar molestias GI temporales o falta de apetito, pero otros pueden requerir cirugía para su extirpación.

Enfermedad dental

Los dientes y encías enfermos o doloridos pueden hacer que tu gato deje de comer^.4 Los gatos pueden fracturarse los dientes, desarrollar lesiones de resorción en los dientes, desarrollar inflamación de las encías, formar abscesos dentales y experimentar otros problemas dentales que causan dolor en la boca. Al igual que las personas, tu gato puede no querer comer si le duele la boca. Sin embargo, los problemas dentales pueden ser difíciles de diagnosticar en un gato, y tu veterinario puede tener que sedar o anestesiar a tu mascota para evaluar el problema.

Problemas alimentarios que hacen que un gato deje de comer

Sabor de la comida

Los gatos pueden ser muy exigentes. Un gato puede comer un sabor de la misma marca, pero rechazar por completo un sabor nuevo debido a sus preferencias. Puede producirse un rechazo repentino de la comida si los fabricantes de alimentos cambian los sabores y los ingredientes sin ninguna señal obvia en el envase: tu gato puede darse cuenta y rebelarse.

Forma o textura de la comida

Tu gato también puede ser sensible a ciertas formas y texturas en lo que se refiere a la comida. A algunos gatos les gustan las formas triangulares, a otros las redondas, y otros sólo comen comida seca crujiente o comida húmeda enlatada.

Deterioro de la comida

Si le das a tu gato comida caducada o estropeada, es posible que no quiera comerla. Comprueba la fecha de caducidad de la comida. O, como mínimo, huélela para ver si huele a rancio.

Consejo
¿Sabías que la comida seca para gatos puede ponerse rancia? Las vitaminas y las grasas pueden erosionarse si la comida no se almacena adecuadamente. Conserva la comida en su bolsa original por una buena razón. La bolsa puede tener una barrera especial para mantener la comida fresca durante más tiempo. Para garantizar la máxima frescura de la comida, pon la bolsa original en un recipiente hermético y colócala en un lugar fresco y sin humedad.

Cómo hacer que tu gato coma

Si tu gato ha dejado de comer su comida habitual, comprueba si hay una retirada de ese alimento concreto. Es otra buena razón por la que deberías considerar conservar la comida seca de tu gato en su bolsa original para poder comprobar el código de barras. A veces un gato puede sentir que algo va mal con su comida y no se la come.

Dependiendo de la razón por la que haya dejado de comer, quizá puedas convencerle para que vuelva a hacerlo. Sin embargo, no es normal que un gato deje de comer si su comida no ha cambiado, por lo que se recomienda una visita al veterinario para descartar razones médicas.

Si una enfermedad de las vías respiratorias altas ha provocado que tu gato esté congestionado y sea incapaz de oler su comida, el veterinario puede recomendarte un tratamiento casero para ayudar a despejar las fosas nasales de tu gato. Puede consistir en nebulizar a tu gato en un cuarto de baño con vapor o colocarle gotas de solución salina en las fosas nasales. Esto elimina la secreción nasal y ayuda a tu gato a respirar con facilidad para que pueda volver a oler su comida.
Modifica la comida húmeda de tu gato para que vuelva a comer. Prueba a calentar comida húmeda fría para gatos o atún durante unos segundos en el microondas. O bien, ofrécele comida enlatada para gatitos, atún enlatado o pollo enlatado para abrirle el apetito.
Experimenta eligiendo un sabor, textura o forma de comida diferentes para alimentar a tu gato.
Haz comida para gatos desde cero. Tu gato puede preferir los ingredientes más frescos de una receta preparada en casa. Asegúrate de consultar con tu veterinario antes de ofrecerle una dieta casera para asegurarte de que está bien preparada y no carece de nutrientes esenciales.
Comprueba si el sabor de la comida que siempre ha comido tu gato ha cambiado recientemente de fórmula o de ingredientes. La información puede figurar en el envase como “sabor nuevo y mejorado” O ponte en contacto con la empresa alimentaria y pregunta. Puede que tengas que encontrar un nuevo alimento favorito para tu gato.

CONSEJO
Dale a tu gato vitamina B12. Esta vitamina suele agotarse en los gatos con problemas digestivos. Existen formas orales de venta libre específicas para gatos, así como inyecciones que puede administrar tu veterinario. Se trata de una vitamina inocua e hidrosoluble que puede aumentar el apetito de tu gato.

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NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DEL GATO

Si sospechas que tu mascota está enferma, llama inmediatamente al veterinario. Para cuestiones relacionadas con la salud, consulta siempre a tu veterinario, ya que ha examinado a tu mascota, conoce su historial sanitario y puede hacerte las mejores recomendaciones.